18 de julio de 2010

LOS TOROS PARA EL PÚBLICO VALIENTE

Mucho se ha dicho que el toreo es de valientes, pero esta valentía no es sólo requisito para quien se juega la vida en el ruedo, sino también para el público que se juega el dinero ante la incertidumbre de si lo que verá esa tarde colmará sus expectativas o no; porque ahí radica la magia del toreo: en la incertidumbre de lo que va a pasar, de si esa será una tarde de gloria o de tragedia.
Lamentablemente, en esta sociedad actual donde se persigue la estabilidad y la seguridad se intenta acabar con ese componente mágico de la Tauromaquia. El público decide ir a lo seguro y acudir a las corridas con diestros de renombre, pasando de los toreros que no tienen tanto nombre o de aquellos jóvenes que están empezando. ¿Es esa la afición taurina? choca ver la Maestranza en una corrida de Feria y en una novillada de promoción, por ejemplo.
Y dejo una pregunta en el aire: ¿qué hubiera sido de Manolete, Curro Romero o Rafael de Paula, por ejemplo, si nadie hubiera acudido a verlos en sus inicios? cuántas páginas del toreo se habrían borrado sin el apoyo del público taurino en los comienzos de las que después serían grandes figuras del toreo. La seguridad acaba con el progreso y no es de valientes, como el Toreo.


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