6 de julio de 2010

LOS ORÍGENES DE LA TAUROMAQUIA, Parte Segunda: La Taurokathapsia y la Tauromachia romana

El origen de la Taurokathapsia, la lidia de toros practicada antiguamente en Tesalia, habría que buscarlo en la época minoica en los saltos del toro del II milenio a.C. No se puede precisar si fuera invención minoica, puesto que este pueblo mantenía contactos comerciales con otros pueblos taurinos, como Tartesos (podría haber influencia del modo de cazar y tratar al ganado bravo); sin embargo, la taurokathapsia de Tesalia tuvo gran repercusión en la época antigua (por los escritos y pinturas que hacen referencia a ella, como la que se encuentra en el palacio de Cnossos en Creta).
Según Plinio, consistía en perseguir al toro a caballo, incitándole mediante cabriolas y quiebros hasta cansarlo y, entonces, saltar sobre su lomo o su cabeza agarrándolo por los cuernos hasta detenerlo y derribarlo (suerte que se llama mancornar). Esta lucha entre el toro y el hombre traspasaba los límites de Tesalia: el autor clásico griego Heliodoro habla de la actuación en Etiopia de Teagenes, jinete tesaliense que, tras realizar cabriolas con su caballo, salta a la altura del toro y lo reduce después de forcejear agarrándo al toro de los cuernos.
Julio César, acostumbrado a llevar a Roma todos aquellos espectáculos de las tierras que conquistaba, introdujo este espectáculo a cargo de caballeros tesalienses. El espectáculo taurino, llamado Tauromachia ( pronunciada tauromaquia) se desarrollaba en los anfiteatros romanos, al igual como otras simulaciones de batallas y luchas para entretener al pueblo romano.
La Tauromachia formó parte del entretenimiento romano y siguió indisolublemente ligada a los espectáculos que se daban en circos y anfiteatros, como parte de estos. Esto provocó que, tras la desaparición paulatina de estos espectáculos en Roma, ocurriese lo mismo en el territorio griego conquistado. Sin embargo, en zonas como la Península Ibérica seguirían existiendo espectáculos taurinos.


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